23 abril, 2016

SEÑOR, MUÉSTRANOS AL PADRE


 

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: «Si me conocéis a mí, conoceréis también a mi Padre. Ahora ya lo conocéis y lo habéis visto.» Felipe le dice: «Señor, muéstranos al Padre y nos basta.» Jesús le replica: «Hace tanto que estoy con vosotros, ¿y no me conoces, Felipe? Quien me ha visto a mi ha visto al Padre. 
(Juan 14,7-9)







La petición de Felipe muestra el deseo de tantas personas religiosas: «dinos cómo es Dios». Sin embargo Jesús no es un hombre cualquiera que «habla de Dios», que pronuncia «discursos acerca de Dios», sino que Jesús «revela el corazón mismo de Dios». Quien ve y conoce a Jesús, entra en el conocimiento del Padre. La propuesta del evangelio de Juan no es solo para «curiosos», sino para personas que buscan la fe.

19 abril, 2016

ANUNCIO OCULTO, FE DESAPARECIDA


LECTIO DIVINA

Se celebraba en Jerusalén la hasta de la Dedicación del templo. Era invierno, y Jesús se paseaba  en el templo por el pórtico de Salomón. Los judíos, rodeándolo, le preguntaban: «¿Hasta cuándo nos vas a tener en suspenso? Si tú eres el Mesías, dínoslo francamente.» Jesús les respondió: «Os lo he dicho, y no creéis; las obras que yo hago en nombre de mi Padre, ésas dan testimonio de mí. Pero vosotros no creéis, porque no sois ovejas mías. Mis ovejas escuchan mi voz, y yo las conozco, y ellas me siguen, y yo les doy la vida eterna; no perecerán para siempre, y nadie las arrebatara de mi mano. Mi Padre, que me las ha dado, supera a todos, y nadie puede arrebatarlas de la mano del Padre. Yo y el Padre somos uno.» (Jn 10,22-30)

LECTIO. Jesús enseña en el Templo; es la fiesta de la Dedicación (Hannuká), que suele celebrarse en invierno. Lo hacía públicamente, sin miedo, paseándose por el Pórtico de Salomón. Los judíos que se le acercan buscan una respuesta sin medias tintas: si el eres el Mesías, dínoslo. Jesús remite a sus propias obras; si no le conocen y no creen en él es «porque no son ovejas de tu rebaño». «Ser de Jesús» implica conocer a Jesús; y al revés, cuando se «conoce» a Jesús se inicia el camino de la fe en él. Transparencia y claridad.

MEDITATIO Los judíos le piden «signos», Jesús apela a sus obras, que son las de su Padre. El debate permanece en la historia y llega hasta el día de hoy. ¿Por qué creer en Jesús y no en otro? ¿Por qué seguir a Jesús y no a otro? ¿Por qué ser del rebaño de Jesús? Cada vez resulta más «chocante» confesarse en público como cristiano. Hay muchos cristianos, pero «ocultos», relegados de nuevo y voluntariamente a las catacumbas de las sociedades modernas. Jesús no se escondía; hablaba en el Templo (el lugar más importante de Jerusalén) en una de las principales fiestas (la de la Dedicación del Templo). Jesús no tenía nada que ocultar, todo lo contrario, su persona y su mensaje era para todos los que le quisieran oír.

ORATIO Como un Pastor que se cuidad del rebaño, así nos guías y conduces, Señor. Danos ese espíritu de sencillez, de escucha atenta, de cercanía, para poder seguir tus huellas. Que nunca me avergüence de ti ni de tu mensaje.

CONTEMPLATIO. Volvemos nuestra mirada, una vez más, a nuestros «padres en la fe»: padres y madres, catequistas, religiosas, testigos vivos de la fe en Jesús. Ellos nunca ocultaron su fe, sino que la proclamaban públicamente. Damos gracias por su valentía y su claridad.

Pedro Ignacio Fraile


18 abril, 2016

LECTIO DIVINA: ¿POR QUÉ PUERTA ACCEDEMOS A DIOS?



En aquel tiempo, dijo Jesús: «Os aseguro que el que no entra por la puerta en el aprisco de las ovejas, sino que salta por otra parte, ése es ladrón y bandido; pero el que entra por la puerta es pastor de las ovejas. A éste le abre el guarda, y las ovejas atienden a su voz, y él va llamando por el nombre a sus ovejas y las saca fuera. Cuando ha sacado todas las suyas, camina delante de ellas, y las ovejas lo siguen, porque conocen su voz; a un extraño no lo seguirán, sino que huirán de él, porque no conocen la voz de los extraños.» Jesús les puso esta comparación, pero ellos no entendieron de qué les hablaba. Por eso añadió Jesús: «Os aseguro que yo soy la puerta de las ovejas. Todos los que han venido antes de mí son ladrones y bandidos; pero las ovejas no los escucharon. Yo soy la puerta: quien entre por mí se salvará y podrá entrar y salir, y encontrará pastos. El ladrón no entra sino para robar y matar y hacer estrago; yo he venido para que tengan vida y la tengan abundante.»
(Juan 10,1-10)

LECTIO. Jesús se sirve de imágenes sencillas y corrientes en aquel mundo agrícola y mediterráneo donde abundan los rebaños de ganado ovino: el pastor, el redil, la puerta del redil, y por supuesto las ovejas y los corderos. Son paisajes familiares. Además en la Escritura el profeta Ezequiel ya se sirve de imágenes semejantes. Sin embargo no terminan de entender a Jesús y éste necesita hacer una explicación detenida de su comparación. No todos los que merodean el redil llevan buenas intenciones. Los ladrones y malhechores evitan la puerta porque quieren robar o matar: es accesible, está a la vista de todos; no les interesa. Por el contrario, Jesús es buen pastor y es también la puerta de acceso, franca y visible.

MEDITATIO. Las personas que tienen algo que ocultar buscan lo escondido, la noche, los disfraces y los engaños. El que va tranquilo y seguro, no se esconde, sino que habla y actúa sin tapujos, con claridad. Jesús no tiene nada que ocultar, ni de qué esconderse: él es la puerta por la que entramos sin obstáculos ni laberintos al corazón mismo de Dios. Cuando los accesos a Dios son retorcidos, rebuscados y complicados, cuando están escondidos o encriptados, accesibles solo a unos pocos iniciados; cuando hay que ir por la noche protegiéndose en la oscuridad para que no nos vean, debemos recelar. Jesús nos propone una puerta clara, que se ve, luminosa, sin obstáculos para entrar y salir, que es él mismo: Jesús es la puerta.

ORATIO. Si tú eres la puerta de acceso a Dios, ¿por qué, Señor, nos empeñamos en mil caminos inútiles? ¿Por qué seguimos la última propuesta, por extraña y oscura que nos parezca? Ilumina nuestro corazón y da luz a nuestros ojos.


CONTEMPLATIO. Repasamos con ojos críticos todas las propuestas que recibimos para adentrarnos en Dios y en su misterio de amor. Vemos cómo muchas son complicadas, retorcidas, que no dicen la verdad, o que proponen cosas extrañas. Decimos en nuestro corazón: no pueden ser de Jesús. No pueden buscar nuestra libertad por medio de vericuetos para unos pocos e inaccesibles para la mayor parte de la gente buena.

17 abril, 2016

DOMINGO DEL BUEN PASTOR: LA TENTACION DE CORREGIR CUANDO ALGO NO NOS CUADRA


            La tentación de «corregir» la llevamos inscrita en nuestra identidad, en nuestro «ADN», como dicen algunos ahora. No está mal ni es negativo el hecho mismo de «corregir», incluso es una «obra de misericordia», la de «corregir al que yerra». No me refiero a esta «corrección», pues sin duda al que está haciendo daño o propaga el mal de forma escandalosa y evidente, al que se ríe de los pobres y pequeños, al que propaga equívocos y falsedades, hay que «corregirle». También está la «corrección fraterna», que ha dado lugar a cientos y cientos de páginas. ¿Qué es y qué no es este tipo de corrección? A veces puede ser una excusa para hundir a personas débiles que no tienen recursos argumentativos para poder defenderse.
            Me refiero en este caso, domingo del Buen Pastor, a la «corrección» que ejercen algunos que presumen de «espíritus nobles» que se atreven a enmendar la plana a todos, desde una posición de superioridad espiritual o de soberbia. ¿A qué me refiero?
            En el Antiguo Testamento podemos encontrar la figura de Jonás, que se atreve a «corregir» a Dios: «Tú no tienes razón, Dios, porque eres clemente y misericordioso». Los ninivitas no tienen  derecho a que se les predique la conversión y se les perdone. ¡Tienen que morir y que desaparecer! Cuando en la segunda parte del libro, Jonás, a su pesar, predica en Nínive y sus habitantes se convierten, Jonás se vuelve a enfadar con Dios. Hay muchos como Jonás, hoy en día, que se atreverían a decirle a Dios que no puede compadecerse de según quiénes.
            En esta misma línea se mueve el hijo mayor de la parábola del «Hijo pródigo», que se atreve a enfrentarse con su padre porque se ha conmovido ante el hermano menor que regresa a casa. En su soberbia, pide «justicialismo», que se cargue contra él y pague su pena, pero no acepta la misericordia del padre. El hijo mayor se atreve a «corregir» a su padre.
            Es impresionante el episodio de la confesión de Cesarea de Filipo. Cuando, después de que Pedro confiese a Jesús como Mesías, el maestro se pone a explicarles a todos que su camino le lleva a Jerusalén, y que allí le espera el sufrimiento y la muerte… ¡Pedro se atreve a corregir a Jesús! Le dice que nunca sucederá eso, que él no lo permitirá. En esta ocasión vemos cómo Jesús se vuelve a Pedro y le dice unas palabras muy duras, llegando a llamarle «Satanás» porque quiere impedir que se cumpla la voluntad del Padre sobre Jesús.
            Ayer, sábado 16 de abril de 2016, el papa Francisco fue a Lesbos a visitar a los miles de refugiados que están «presos» en ese campo de concentración. No podía hacer mucho, entre otras cosas porque el papa no tiene «poder real». Su presencia era profética, pero no vino con «barcos y pasaportes», porque ni podía ni puede. Tomó la decisión de que seis refugiados se volvieran con él a Roma. Aquí salta la «corrección» de los «buenos». El papa hacía el bien solo a medias, porque los seis refugiados que se traía con él eran «musulmanes», no había pedido que fueran cristianos. Yo entiendo la frustración de muchos, pues los cristianos en esta guerra cruel de Siria ocupan el lugar de los últimos, que además sufren la persecución religiosa por ser cristianos. El papa hizo un gesto profético: son personas necesitadas y perseguidas, y eso es suficiente. Los que siempre corrigen, desde su superioridad espiritual soberbia le corrigen: «se ha equivocado».
            En este domingo del Buen Pastor, cuando vemos a Francisco como «pastor» de la humanidad sufriente solo podemos decir: «bajémonos de nuestras soberbias y no nos atrevamos a juzgar con dureza a nadie». Dios es Buen Pastor, Jesús es Buen Pastor, que seamos unos y otros «buenos pastores».


Pedro Ignacio Fraile Yécora 

15 abril, 2016

LECTIO DIVINA: CUESTIÓN DE FONDO: ¿IMITADORES O DISCÍPULOS?


Lectio divina de San Juan 6, 52‑58

En aquel tiempo, disputaban los judíos entre si: «¿Cómo puede éste darnos a comer su carne?» Entonces Jesús les dijo: «Os aseguro que si no coméis la carne del Hijo del hombre y no bebéis su sangre, no tenéis vida en vosotros. El que come mi carne y bebe mi sangre tiene vida eterna, y yo lo resucitaré en el último día. Mi carne es verdadera comida, y mi sangre es verdadera bebida. El que come mi carne y bebe mi sangre habita en mí y yo en él. El Padre que vive me ha enviado, y yo vivo por el Padre; del mismo modo, el que me come vivirá por mí. Éste es el pan que ha bajado del cielo: no como el de vuestros padres, que lo comieron y murieron; el que come este pan vivirá para siempre.» Esto lo dijo Jesús en la sinagoga, cuando enseñaba en Cafarnaún.


LECTIO. Seguimos leyendo el «Discurso del Pan de vida» que tiene lugar, como dice el texto, en la Sinagoga de Cafarnaún. Jesús da un paso radical y sorprendente. Pasa en su argumento del pan a la «carne» y a la «sangre». Estas dos palabras indican toda la «persona» en expresión judía. La carne sin sangre está muerta, no tiene vida. Jesús se nos ofrece a sí mismo, en su totalidad personal, como «carne» y «sangre». Sus palabras son radicales y provocativas. Nos invita a «comer su carne» y a «beber su sangre»; invitación extraña e insolente.

MEDITATIO. La fe cristiana, conforme a los evangelios sinópticos, habla del «seguimiento» de Jesús, nunca habla de una «imitación», muchas veces externa y de pose, que no afecta al interior del ser humano. Juan va más lejos en su evangelio; dice no sólo hay que «seguir» a Jesús, sino que hay que entrar en comunión plena con él. El que cree en Jesús comparte su estilo de vida, su suerte, su causa, todo su ser. En lenguaje bíblico «comer su carne» y «beber su sangre» es identificarse con Jesús, con sus proyectos y con sus decisiones. Los judíos no lo entienden porque están en «clave materialista»; para los judíos es cuestión alimentaria y alimenticia, incluso de ¡antropofagia!, pues habla de comer carne y beber sangre. Los judíos se escandalizan, solo los creyentes entienden la radicalidad de la propuesta.

ORATIO. No quiero ser como los mimos que imitan. No quiero hacer remedos de tu vida. Quiero ser de los tuyos, ponerme en tus huellas y comulgar contigo y con tu suerte, Jesús. Ayuda mi debilidad, aumenta mi fe.

CONTEMPLATIO: Traigo a mi memoria los grandes creyentes de ayer y de hoy que no se han escandalizado de Jesús, sino que le han seguido. Diferencio entre los «imitadores» burdos de Jesús que escapan a la mínima dificultad y sus discípulos que viven la fe con sencillez  y valentía cristiana. Doy gracias por los primeros y pido distinguir siempre entre la imitación engañosa y la verdad necesaria.

Pedro Ignacio Fraile


14 abril, 2016

Lectio Divina: COMIDA SALUDABLE Y ALIMENTO PARA EL ALMA



Evangelio: Juan 6,44-51

En aquel tiempo, dijo Jesús a la gente: «Nadie puede venir a mí, si no lo atrae el Padre que me ha enviado. Y yo lo resucitaré el último día. Está escrito en los profetas: "Serán todos discípulos de Dios." Todo el que escucha lo que dice el Padre y aprende viene a mí. No es que nadie haya visto al Padre, a no ser el que procede de Dios: ése ha visto al Padre. Os lo aseguro: el que cree tiene vida eterna. Yo soy el pan de la vida. Vuestros padres comieron en el desierto el maná y murieron: éste es el pan que baja del cielo, para que el hombre coma de él y no muera. Yo soy el pan vivo que ha bajado del cielo; el que coma de este pan vivirá para siempre. Y el pan que yo daré es mi carne para la vida del mundo.»

Lectio. Los antepasados del pueblo de Israel comieron el maná en el desierto y murieron: era un pan para no desfallecer en la travesía. Un alimento provisional y endeble. Jesús contrapone el «pan del cielo», que asegura la vida para siempre, con el que se identifica: «Yo soy el pan de la vida». Por dos veces dice «Yo soy», las mismas palabras que Dios usa para presentarse a Moisés en el monte Horeb. No es casualidad, sino intencionado. Jesús se identifica con el Dios de Israel, porque es el rostro humano de Dios. Pero no se queda ahí; Jesús da un paso más: el pan que yo os daré es mi «carne», y «yo» mismo «la doy».

Meditatio. El alimento es un símbolo universal. Hay alimentos con pocas calorías; otros sacian pronto pero no alimentan; otros solo aseguran un tiempo breve de satisfacción. Jesús se propone como alimento que sacia; pero no habla de algo externo, sino de él mismo. No son suficientes los buenos consejos, las técnicas pasajeras, las prácticas saludables. Hay que alimentarse desde dentro y para dentro; el alimento que el evangelio nos propone es Jesús mismo, que es Dios mismo.

Oratio. Danos la inteligencia necesaria, Señor, para no buscar alimento donde no está. Que solo te busquemos a ti como sentido, consuelo y fuerza última de nuestra vida.

Contemplatio. Repasamos los alimentos que tomamos y que se nos ofrecen a diario: unos son proteínicos, otros calóricos, otros contienen hidratos. Todos son necesarios. Pero ¿cuáles sostienen nuestra vida? ¿de cuáles podemos prescindir? ¿Necesitamos otros alimentos, para nuestro espíritu, que no nos proporcionan los alimentos materiales? Repasamos, contemplamos, meditamos, y ponemos nombres a aquello que realmente sacia nuestra vida.

Pedro Ignacio Fraile
Lectio Divina Pascua 2016 


13 abril, 2016

LECTIO DIVINA, El pan que se ofrece y nuestros desprecios

LECTIO DIVINA
13 abril 2016

Juan 6,35-40
«Yo soy el pan de vida».

«En aquel tiempo, dijo Jesús a la gente: «Yo soy el pan de la vida. El que viene a mí no pasará hambre, y el que cree en mí nunca pasará sed; pero, como os he dicho, me habéis visto y no creéis. Todo lo que me da el Padre vendrá a mi, y al que venga a mí no lo echaré afuera, porque he bajado del cielo, no para hacer mi voluntad, sino la voluntad del que me ha enviado. Ésta es la voluntad del que me ha enviado: que no pierda nada de lo que me dio, sino que lo resucite en el último día. Ésta es la voluntad de mi Padre: que todo el que ve al Hijo y cree en él tenga vida eterna, y yo lo resucitaré en el último día.»

Lectio. Seguimos leyendo un texto conocido como ‘Discurso del pan de vida’. La gente le pide a Jesús: ‘Señor, danos siempre de ese pan’. Sigue una argumentación en espiral; el evangelista Juan entrelaza distintos temas: Jesús como pan de vida; la falta de fe de los judíos; la identidad de Jesús como enviado del Padre, cumpliendo
su voluntad; el don de la vida eterna; la resurrección. Esta forma de argumentar, avanzando sobre la afirmación anterior, es propia de san Juan. No es un discurso lineal, no sigue un solo hilo, sino que hace una trama con diferentes hilos hasta conseguir un hermoso tapiz.

Meditatio. La propuesta de Jesús es muy sencilla, de forma que nos llega a todos. A la vez es clara: pan, vida, fe… Jesús se propone as sí mismo como «pan de vida», como «vida eterna», pero es consciente de que las personas anteponemos distintas resistencias; la principal de ella es la incredulidad, que se pone de manifiesto en múltiples formas: dureza de corazón, desprecio, bromas, ridiculización, rechazo abierto.

Oratio. Tu propuesta, Jesús, llega a mi corazón y pide que me defina: por ti o contra ti; te creo o te ignoro; te abrazo o te desprecio. ¡Cuántas resistencias! ¡Qué impenetrable es mi mente y qué duro es mi corazón! Cámbiame por dentro, Señor.

Contemplatio. Traemos a nuestra oración todas las personas que nos han hablado de Jesús. Les ponemos rostro y le agradecemos su invitación. Traemos a nuestro corazón nuestras resistencias, nuestros bloqueos a creer en Jesús. Descubrimos que la fe es abrirse a otro, a Dios.

Pedro Ignacio Fraile
13 Abril de 2016

05 abril, 2016

GONZALO ARANDA. ES DE JUSTICIA. INTELECTUALES ESPAÑOLES

No es fácil encontrar los nombres de intelectuales españoles acreditados internacionalmente. Más bien es algo escaso. No porque no los haya, sino porque no se les hace hueco en el mundo de los profesores de otros lares.
Gonzalo era intelectual, sabio, profesor, de pueblo, cura rural, aragonés enraizado en Navarra.

A modo de ejemplo, solo para ilustrar, pues la biblioteca que en estos momentos tengo a mano (tiene muchos otros títulos de los que ahora mismo no puedo consultar), os presento algunos.


Especialista en copto y en algo realmente curioso e interesante, como son los APÓCRIFOS CRISTIANOS. Fue director de la colección ‘Apócrifos cristianos’, editada por Ciudad Nueva-Fundación san Justino.
           
1. DIVULGACIÓN

‘Apocalíptica judía fuera de la Biblia’ en, ‘Apocalíptica y milenarismo’, Reseña Bíblica 7 (1995)

2. MANUAL UNIVERSITARIO

“Apócrifos del Antiguo Testamento”, segunda parte del manual titulado ‘Literatura judía intertestamentaria’, en VV.AA., Introducción al Estudio de la Biblia 9, (Estella 1996), pp. 243-416

3. FUENTES

Traduce del copto y notas a la edición española de

-          ‘Dormición de la Virgen. Relatos de la tradición copta’, en Apócrifos cristianos 2, Ciudad Nueva, Madrid 1995

Traducción y notas a la edición española de

-          Apócrifo de Jeremías sobre la cautividad de Babilonia, en  A. Díaz Macho (ed.), Apócrifos del Antiguo Testamento, II, Madrid 1982, pp. 387-491.
-          Fragmentos coptos de Henoc, en  A. Díaz Macho (ed.), Apócrifos del Antiguo Testamento, IV, Madrid 1982, pp. 329-340491.
-          Testamento de Isaac en  A. Díaz Macho (ed.), Apócrifos del Antiguo Testamento, V, Madrid 1982, pp. 279-303.
-          Testamento de Jacob en  A. Díaz Macho (ed.), Apócrifos del Antiguo Testamento, V, Madrid 1982, pp. 307-322
-          Apocalipsis de Adán. en  A. Díaz Macho (ed.), Apócrifos del Antiguo Testamento, VI, Madrid 2009, pp. 27-60.
-          Apocalipsis de Elías en  A. Díaz Macho (ed.), Apócrifos del Antiguo Testamento, VI, Madrid 2009, pp. 107-148.
-          Apocalipsis de Sofonías en  A. Díaz Macho (ed.), Apócrifos del Antiguo Testamento, VI, Madrid 2009, pp. 279-300.
-          Apocalipsis de Sedrac en  A. Díaz Macho (ed.), Apócrifos del Antiguo Testamento, VI, Madrid 2009, pp. 279-303.
-          Apócrifo de Ezequiel en  A. Díaz Macho (ed.), Apócrifos del Antiguo Testamento, VI, Madrid 2009, pp. 149-164.
4. Libro de Daniel

Comentario a Daniel, en Nueva Biblia de Jerusalén, DDB, Bilbao 2006

Voz Daniel en ‘ J.L. Barriocanal (ed.), Diccionario del profetismo bíblico Burgos (2008) 

Repito, esto es lo que he podido encontrar rápidamente en mi pequeña biblioteca actual. Hay mucho más. Con gratitud y reconocimiento

Pedro Fraile
5 de Abril de 2016

04 abril, 2016

IN MEMORIAM, GONZALO ARANDA. Un poquito más solos, más empobrecidos, más necesitados.


«Dios nos libre del día de las alabanzas», se dice por mi tierra, que es la de Gonzalo, la aragonesa. Este dicho popular es elocuente, pues en los elogios fúnebres se hincha la figura del difunto hasta hacerla irreconocible.
Sin querer excederme, quiero dar gracias a Dios por la vida y la obra de este humilde hijo de campesinos, de las duras tierras del campo de Daroca que frisan con las de Guadalajara; de las altas y frías tierras de los llanos de Cubel y Aldehuela de Liestos, cerca del Campo Bello de Teruel. Gonzalo nació en Torralba de los Frailes, un pueblo donde hay que ir de propio, porque está adentrado en las tierras altas y frías del límite entre Zaragoza, Guadalajara y Teruel.
De allí pasó al Seminario de Zaragoza, pues aunque muchos lo desconocían porque lo relacionaban directamente con la Universidad de Pamplona, él se ordenó al servicio de la archidiócesis zaragozana. Cura humilde, piadoso y bondadoso. Siempre sonreía y te dedicaba su tiempo; nunca tenía brotes de soberbia, displicencia o altivez. Era un especialista en copto, la lengua de los antiguos cristianos egipcios, pero él no hablaba de eso. No era lo más importante para él. Cuando te acercabas, siempre te atendía con dedicación, respeto, cariño. Como decimos también por los pueblos, «un sol de hombre». Dice mucho de él que, siendo profesor en Pamplona, se llevó a sus padres, longevos y enfermos, a la capital navarra para cuidar personalmente de ellos.
Desde el punto de vista académico e intelectual, Gonzalo era un especialista mundial en apocalíptica del Antiguo Testamento, en concreto del libro de Daniel. Los grandes diccionarios bíblicos recientes contaban con su pericia y su sabiduría para que nos explicara en pocas palabras el «Libro de Daniel». Personalmente tengo otros recuerdos, todos buenos, que no creo que sea necesario traer a colación.
Gonzalo, nos dejas un poquito más solos porque no tenemos ya tu cercanía de amigo; un poquito más empobrecidos, pues no podemos recurrir a tu sabiduría vasta y precisa a un tiempo, un poquito más necesitados, pues ya no podremos echar mano de tu apoyo sincero.
Que el Hijo del hombre, como diría el libro de Daniel en su capítulo 7, que tantas veces comentaste, el Señor resucitado, te dé la vida junto a él. Que la Virgen de «Guía al Guererro», patrona de tus tierras, te cubra con su manto. Descansa en paz. Requiescat in pace. Amén. Aleluya.

Pedro Fraile
4 de Abril de 2016
Anunciación del Señor

DIA DEL ORGULLO CRISTIANO



El título me lo dio, supongo que sin querer, el sacerdote que ayer celebró la misa del segundo domingo de Pascua. Es un hombre mayor, muy bien formado, que además predica muy bien. Comenzó recordándonos que seguíamos celebrando la alegría de la Pascua. Siguió con el centro del texto evangélico, cuando Tomás dice «Señor mío y Dios mío». Aquí enganchó un discurso sobre la importancia de creer en Jesús y cómo las generaciones jóvenes, siendo en general buena gente, viven de espaldas a esta fe. Una buena homilía, bien pronunciada y bien trabada, que acabó con un hilo de melancolía (recordando otros tiempos que no volverán) y de no disimulada tristeza.
Ahora muchos de vosotros, o todos, entenderéis el título de mi artículo. El buen sacerdote nos quería invitar a que no nos avergonzáramos de nuestra fe cristiana, a que estuviésemos orgullosos de ella y dijéramos como Tomás, después del encuentro con Jesús en Pascua, «Señor mío y Dios mío». Es más, el evangelio de ayer nos dice que los discípulos «se llenaron de alegría al ver al Señor». Dicho con palabras de hoy: «es una suerte y una alegría ser cristianos».
            La fe se «confiesa». Es «confesante». Uno de los títulos de los cristianos de todos los tiempos es precisamente este, el de «confesor de la fe», que en muchos casos acaba en martirio. Precisamente por eso, la «perversión» de muchos de nuestros contemporáneos (sean de derechas, de izquierdas, o «mediopensionistas», que para esto no hay colores), es precisamente el de negar el derecho de los cristianos a ser «confesores». Lo dicen de una forma más «educada» (¡ay la politesse!), que es la de decir que la fe «es cuestión privada».
            Yo la verdad es que nunca lo he entendido. Yo puedo ir a una manifestación (algo público, pues las manifestaciones se hacen con ruido, en la calle, para que se vean y se oigan), pero sin embargo no debo «manifestar públicamente mi fe» (eso es algo «de puertas adentro»). Una persona puede decir que pertenece a tal partido o asociación pública (sea la que sea), pero no está bien visto que diga «soy católico». Muchos en la Iglesia dicen que tiene que ser así, que esto es lo correcto. Ser cristiano pero sin manifestarlo expresamente. Pues yo no lo entiendo.
            El otro día vi en la tele que, con motivo de la horrible, ignominiosa, abominable y sacrílega situación de los deportados por Europa a Turquía, había un grupo de personas que se habían movido para recoger ropas, zapatos y productos de primera necesidad. Se trataba de una parroquia, regentada por una orden religiosa bien conocida en la sociedad española; pues bien, los medios de comunicación que oí hablaban de que esta noble y humana acción la organizaba ¡una ONG! Seamos un poco puñeteros: si lo organiza una ONG tiene el aplauso del público, pero ¿y si lo organiza una parroquia, no se puede decir?
            Es verdad que Jesús nos dice en el evangelio que seamos sencillos; que no toquemos las trompetas cuando demos limosna; que devolvamos bien por mal etc. Pero también nos dice que demos testimonio de la verdad. En este caso que nos ocupa, la verdad es que muchas veces las opciones que toman los cristianos no son por bonhomía, sino como consecuencia de su fe.
            ¿Es imprescindible decir que somos cristianos a todas horas, por la mañana, por la tarde, por la noche…? Probablemente no. Pero tampoco hay que esconderse, ni jugar al despiste, ni fomentar equívocos, ni pedir perdón por creer en Jesús.
            ¿Es usted cristiano? «Pues sí, oiga; además me encanta mi fe». Lo dicho, con el evangelio de ayer en la mano: «se llenaron de alegría al ver al Señor», y también, como Tomás, decimos a Jesús «Señor mío y Dios mío»

Pedro Ignacio Fraile

Segundo Domingo de Pascua 2016

01 abril, 2016

BULOS, FALSAS ALARMAS Y MANIPULACIONES Formas modernas de la mentira



            El «internet», como se conoce coloquialmente, a pie de calle y de forma habitual, no es bueno ni es malo. Como la tele, la radio o los periódicos, los libros y las revistas no son ni buenos ni malos. Son en unos casos «soportes», en otros son «medios». No me atrevo a decir si son «informativos» o «deformativos»; si son «de opinión» o de «manipulación». De esto último tratan estas reflexiones, centrándome en «el internet», la red social por antonomasia.
            Estamos en la era digital, aún en mantillas. Nos sorprendemos con lo que podemos hacer, pero no podemos ni imaginar lo que haremos en este mismo año o en los próximos años; mucho menos el futuro que se nos depara en los próximos decenios… La «era digital» nos adelanta con sorpresas ilusionantes, rapidez inimaginable e inmediatez absoluta.
            Todo en esta vida tiene sus «tendones de Aquiles», sus puntos débiles, por los que fallan hasta los mayores campeones. En términos bíblicos, el ídolo gigante hecho de metales preciosos, que nos narra el libro de Daniel, tenía los pies de barro. También el «internet» tiene los pies de barro; y estos son el tratamiento de las noticias, la plausibilidad de sus informaciones, el servicio a intereses particulares. Dicho de forma contundente: el sacrificio de la verdad a las diosas manipulación, deformación, bulo o mentira.
            La forma más chabacana y más fácil de manipular la verdad son los bulos. Nadie controla la veracidad o mentira de las noticias que corren por las redes sociales. Además, si están bien hechos, con fotos, contextualizados y con referencias creíbles, pasan a ser «virales». Un paréntesis obligado: ¿Qué es eso de «virales», dirá alguno? Muy sencillo, son noticias, o consignas, o llamadas, o chistes, o fotos o lo que sea… que se expanden rápidamente como los virus; son incontrolables… A modo de ejemplo sencillo. En esta última semana santa, me llegó un «minivideo» de un pájaro que, con el fondo de los  clarines de las procesiones de semana santa sevillana, cantaba una saeta. Algo blanco, sin malicia, simpático, para todos los públicos. El caso es que estando el otro día sentado en un aeropuerto del solar hispánico, una pareja que estaba sentada a mi lado, estaba escuchando este mismo video con muestras de satisfacción. Por los canales que fuera, desde donde fuera, enviado por quien fuera, compartían el mismo video que yo, escuchado a cientos de kilómetros, en espacios y tiempos distintos, sin que nos conociéramos de nada. Repito: hay mil ejemplos de casos «virales». La «rede de redes» el internet, ha roto las fronteras.
            Retomando que los bulos son «virales», hay que estar muy atentos, pues por lo general no son «ingenuos» sino que van cargados de «mala intención». Unos son aviesos y perversos, otros son manipuladores de la verdad, otros solo buscan meter cizaña. En esta terrible crisis de la guerra de Siria e Irak, la que ya se conoce como «guerra contra el yihadismo», parece que vale todo. Bien saben mis lectores que yo no solo soy católico y que no pierdo ocasión para decirlo; que denuncio la persecución a los cristianos de aquellos países que están matando por ser cristianos; que denuncio en este blog el intento de exterminar a los cristianos del próximo oriente…, pero esto no impide que denuncie también algunas informaciones que son «bulos» para alimentar el odio contra los musulmanes. Hay que hilar muy fino. Hay que contrastar cada información. Solo porque nos llegue un «guasáp» o incluso porque veamos una foto en el «feisbuk», no quiere decir que sea verdad. No se puede propagar el odio. Ni contra los cristianos ni contra los musulmanes. No se puede extender un reguero de pólvora y encenderlo. Es una grave irresponsabilidad. Decir la verdad siempre; denunciar las injusticias y las violencias siempre; pero nunca por medio de bulos. No lo digo esto por decir, sino porque en los últimos meses han corrido por la red noticias terribles, videos y fotos que luego han tenido que desmentir en algunas ocasiones, porque eran claramente incitadoras al odio, pero sin fundamento. La mayor parte, por desgracia, son ciertas; pero no todas ¿Qué hay que hacer? Buscar en más de un medio si esa información es verídica; no vaya a ser que ese medio haya sufrido también el engaño yu se haga eco de una noticia malintencionada. Segundo, leer la misma información en más de un medio, a poder ser de tendencia diferente, para evitar manipulaciones ideológicas o perversas. Jesús nos dijo que la «verdad nos hará libres»; hay que «servir a la verdad».
            De la mano de los bulos, y en la misma línea de la inseguridad y violencia que se ha extendido por doquier (es un hecho innegable, y hoy por hoy imparable), hay que denunciar también las «falsas alarmas». ¿Acaso no ha recibido usted en cualquiera de sus «receptores» de información (teléfono, «Tablet» o «portátil») avisos confidenciales de que no vaya al metro, o a un centro comercial famoso, o a una concentración importante porque un primo de su primo, que tiene a su vez una amiga policía, que está bien relacionada con el jefe de seguridad de la portería de un ministerio… le ha dicho que va a haber un atentado inminente. Yo he llegado a ver en mi «móvil» la foto de un documento que parecía ser de la policía donde se avisaba de estos próximos y terribles acontecimientos. Narrado con un poco de sorna, pero esto es así. ¿Quién creó el bulo y quién lo expandió hasta convertirse en viral? No se puede meter miedo a la gente. No se pueden correr los bulos y alimentar las falsas alarmas. Por una parte porque es muy grave que la gente viva asustada, con ansiedad, atemorizada. Por otra porque se les hace el juego a los terroristas y maleantes que precisamente quieren eso, que vivamos arrodillados en permanente estado de shock.             Como en este mundo complejo que nos toca vivir, nada es sencillo de por sí, alguno preguntará. ¿Y si los avisos son ciertos? ¿No tenemos que creer a nadie? ¿Y si la población civil, que de por sí es inocente y buena, consigue protegerse por medio de estos avisos de «los malos»?
            El tercer caso que nos ocupa, dentro de este mundo de «internet» es el de las manipulaciones. Sería muy fácil poner ejemplos. Solo pongo uno porque es chocante a la vez que peligroso: las frases del papa Francisco. Es verdad que el actual papa Francisco cae muy bien a la gente. Es verdad que dice frases chocantes. Es verdad que a veces dice frases ingeniosas. Es verdad que a veces te tienes que parar a pensar lo que dice, no porque el papa no sea cristiano o católico, ¡hasta ahí podríamos llegar!, sino porque no estás acostumbrado a que un papa de la Iglesia diga algo semejante. Ahora bien ¿todo lo que se le atribuye al papa Francisco es del papa Francisco? Esta pregunta no es mía, sino que hace tiempo la recogí en la red. Han tenido que avisar, desde la Santa Sede, precisamente porque han detectado que se le atribuyen al bueno del papa jesuita argentino, frases que no son suyas. ¿Es peligroso? Puede que sí y puede que no. Si las frases están en línea con el reino de Dios y su justicia no pasa nada; pero ¿y si se ponen en su boca afirmaciones graves que él no ha dicho? Lo mismo que he dicho más arriba. Leer, contrastar, buscar en medios oficiales o serios, buscar la fuente, no conformarse con una sola información etc. Todo puede ser manipulado. En este mundo de «redes» que se entrecruzan, sin citar fuentes autorizadas, con la única autoridad de que «lo he leído en internet», aún más. También el papa Francisco está sometido a este riesgo. ¿Qué es la mentira? A veces no es «no decir la verdad», sino decir «medias verdades», «verdades a medias» o «mentiras con visos de verdad».

Pedro Ignacio Fraile
1 de Abril de 2016