14 julio, 2013

HAY MIRADAS QUE SALVAN (3+1). El Buen Samaritano.


1. Un dicho castellano dice que ‘hay miradas que matan’. San Lucas nos dice en el evangelio de hoy que ‘hay miradas que salvan’. El odioso y odiado, hereje  y herejizante, excluido y expulsado, despreciado y humillado samaritano, es el que, nos dice san Lucas, ‘vio al hombre medio muerto en el camino y se compadeció’. Los dos verbos van juntos y tienen un valor salvífico: ver y compadecerse.

2. El verbo ‘ver’ aparece con frecuencia en san Lucas. Hay que estar atentos a la escena donde aparece y con qué otros verbos va. Así, en la escena de la viuda de Naín, dice que Jesús vio a la pobre mujer que había perdido al hijo, y se compadeció (Lc 7,13). En la parábola llamada del ‘Hijo pródigo’,  el padre que espera a su hijo desagradecido y destalentado, ‘cuando lo vio, salió corriendo a buscarle’ (Lc 15,20). En esta parábola aparece tres veces el verbo ‘ver’. El sacerdote y el levita del Templo de Jerusalén, ven al hombre malherido, pero pasan de largo (Lc 10,31.32).

3. San Lucas no cuenta la  vida de aquel samaritano: si estaba casado o era soltero; si era rico o pobre; si iba por aquel camino en viaje de negocios o si iba a otros menesteres. Sólo dice que aquel hombre era un ‘samaritano’ (por tanto aborrecible para un judío piadoso), dice que vio al hombre en el camino con riesgo de morir y dice que se compadeció, que su corazón se le salió del pecho y que sus manos se pusieron a la faena de inmediato.

3+1. Rompamos ideología, tabúes, fronteras, límites, diferencias. Veamos a la persona que está en el camino y … dejemos que la compasión, verdadero sentimiento divino, nos ponga manos a la obra.

 

Pedro Ignacio Fraile Yécora

Domingo - 14 de Julio de 2013