EL LUGAR DE LA CONDENA A MUERTE DE JESÚS
Acaba de anunciarse que unos arqueólogos han
encontrado el lugar donde fue juzgado y condenado a muerte Jesús. Según la
noticia el lugar está situado en la zona alta de la ciudad, en lo que hoy se
conoce como «Torre de David», junto a la Puerta de Jaffa, en la entrada del
barrio armenio. La noticia no es disparatada pues en la zona alta de la ciudad
se localizaba el palacio de Herodes Antipas en la época en que fue juzgado
Jesús. Hay que hacer, de todas formas, unas precisiones.
Los peregrinos que van a Jerusalén visitan dos
lugares distintos: uno es el «Galli Cantu»,
en la caída de la colina que desciende hacia la piscina de Siloé, y otro
es el «Ecce Homo», en la «Via Dolorosa».
La primera, el «Galli Cantu» es, según la tradición, el lugar donde fue
conducido Jesús desde el huerto de Getsemaní. Allí se reunió el Sanedrín y
decidieron que Jesús debía morir. No se puede hablar de «juicio de Jesús» ante
el Sanedrín, pues era una institución judía que carecía de legitimidad, ya que
el gobierno real y consecuentemente la condena a muerte, estaba reservada a los
gobernantes romanos. Allí Pedro negó por tres veces a Jesús.
El arqueólogo
español P. Florentino Díez, excavó en este lugar, hoy propiedad de los Agustinos Asuncionistas, en cinco
campañas sucesivas (1995-1999), siendo arqueólogo director del Instituto
Español Bíblico y Arqueológico (IEBA), dependiente de la Pontificia Universidad
de Salamanca. ¿Estaba allí el lugar donde se reunía el Sanedrín?
Otro
arqueólogo español, hace poco tiempo fallecido, Joaquín González Echegaray,
sacerdote de Santander, nos dice en una de sus publicaciones que sólo Lucas se
refiere «a una reunión de madrugada en la sede oficial del sanedrín para
formalizar la sentencia a muerte de Jesús». ¿Dónde estaba en Jerusalén esta
sede? La Misná señala una sala del Templo llamada de la «piedra tallada»,
mientras que Flavio Josefo se refiere al Xystus,
situado fuera del Templo. González de Echegaray afirma que «es muy probable que
aquí fuera juzgado y sentenciado a muerte Jesús por el sanedrín la madrugada
del Viernes Santo». (J. González Echegaray, Arqueología y evangelios, Verbo
Divino, Estella 1994).ç
El segundo lugar que visitan los peregrinos cristianos, es una zona de grandes losas, de época romana situada debajo del convento de las «Damas de Sión», en la «Via Dolorosa», que limita con una de las capillas del Instituto Bíblico arqueológico y bíblico de los franciscanos, la Flagelación. Se trata del «Litóstroto» o «Enlosado» o «Gabbata», lugar donde flagelan los soldados a Jesús, y que recoge sólo el evangelio de san Juan (Jn 19,13).
La explicación es que estaríamos en la «Torre Antonia», cuartel de las
tropas romanas, adosado al Templo, desde donde controlaban los movimientos de
los judíos. La tradición de los padres franciscanos y otros estudiosos sitúa
allí el lugar del Pretorio, esto es, el lugar de la condena a muerte de Jesús
por parte de Pilato. Todos coinciden en que el Pretorio no era un «lugar permanente»,
sino que se localizaba allí donde ejercía su gobierno el legado de Roma.
Sabemos que el gobernador romano vivía durante todo el año en Cesarea Marítima,
junto al mar, y que sólo subía a Jerusalén en momentos puntuales, entre ellos
las fiestas de Pascua. Según esta tradición, en la Torre Antonia, allí donde
estaba el cuartel de las tropas romanas, fue condenado a muerte Jesús.
La propuesta de los arqueólogos israelíes no es
desdeñable, pues se sabe que Herodes Antipas tenía un palacio en la parte alta
de la ciudad. Algunos argumentan que siendo Pilato un funcionario romano, más
que un militar, prefería alojarse en los palacios reales antes que con la tropa
cuando acudía a la ciudad de Jerusalén. Puede ser. No debemos olvidar, de
cualquier forma, que lo importante más que el «lugar» es el contenido: Jesús
fue condenado injustamente. Jesús no era culpable. Jesús asumió sobre él toda
la condición humana, frágil, débil y pecadora. La muerte de Jesús, sin embargo,
es salvífica para cuantos creemos en él.
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