Quiero comenzar una serie de artículos sobre
Grecia. Como sabéis, este año hemos organizado un viaje a los orígenes de
nuestra cultura occidental. Nuestro Occidente cristiano tiene dos fuentes en
las que beber: la filosofía griega y la cosmovisión bíblica. Luego la cosa hay
que matizarla mucho más: (la organización política, la jurídica, la
específicamente cristiana, el arte, etc,).
Me gustaría que fueran «pinceladas». Repasando mis
apuntes me he encontrado con una curiosidad. Puede servir a modo de «abrir
boca». Después de este espero que pueda compartir con vosotros otros muchos que nos ayuden a adentrarnos en el mundo griego y bíblico, o bíblico y griego.
¡Buen Viaje!
¡Buen Viaje!
1. LOS JUEGOS DEPORTIVOS Y PABLO
San Pablo en sus cartas se sirve de imágenes
deportivas. Sabemos que San Pablo era «de ciudad», y que por tanto conocía los
teatros, las carreras, los espectáculos, los combates…. San Pablo quería hablar
«a tiempo y a destiempo» de Cristo. No tiene ningún problema en comparar la
vida cristiana con la preparación, esfuerzo y rigor con que se empleaban los
«atletas» para ganar una «corona» que se marchitaba.
Los textos «deportivos» de Pablo
Pablo habla de «carreras»,
del «Estadio», de los «atletas», del premio de las «coronas», de las «normas», de
la «lucha». Todo ello se practicaba habitualmente en Grecia.
¿No sabéis que en las carreras del estadio todos corren, pero
uno solo alcanza el premio? Corred de tal manera que lo alcancéis.
Los atletas se abstienen de todo con el fin de obtener una corona corruptible, mientras que
nosotros aspiramos a una incorruptible.
Yo, pues, corro, no como a la aventura; lucho, no como quien azota el aire, sino que disciplino mi cuerpo y
lo esclavizo, no sea que, después de enseñar a los demás, quede yo
descalificado’
(1 Corintios 9, 24-27)
En un texto más breve, en el que el apóstol
reflexiona sobre el esfuerzo , las renuncias y las exigencias que comporta una
vida cristiana, escribe:
‘El atleta no recibirá la corona si no corre conforme a la reglas
establecidas’
(2 Timoteo 2,5)
En la misma carta, Pablo repasa su vida y se sirve
de las imágenes deportivas para expresar sus sentimientos. Él ha «peleado» y ha
«corrido», reflejando la idea de que la vida hay que pelearla día a día y hay
que vivirla con intensidad.
‘’… El
momento de mi partida es inminente. He combatido
mi combate, he acabado mi carrera,
he guardado la fe. Solo me queda recibir la corona de la salvación.’
(2 Timoteo 4, 6-8)
Las competiciones en la Antigua
Grecia
En las ciudades
grecorromanas había un estadio para practicar distintos deportes atléticos.
Pero además se convocaban juegos en distintas ciudades del área de influencia
griega de forma periódica.
Los «JUEGOS PÍTICOS» se celebraban en Delfos, la ciudad del Oráculo,
cada cuatro años en honor del dios Apolo recordando su victoria sobre la
serpiente Pitón.
- Los «JUEGOS NEMEOS» se celebraban en la ciudad de Nemea cada dos años
en honor de Hércules.
- Las «PANATENEAS» eran la gran fiesta religiosa dedicada en la ciudad de
Atenas a su diosa Atenea en el mes de Julio. Cada cuatro años revestían
especial esplendor; duraban seis días y llevaban el nombre de «Grandes
Panateneas». Se terminaban con una vistosa procesión que subía a la Acrópolis.
- Los «JUEGOS OLÍMPICOS», sin duda los más famosos, tienen lugar en
Olimpia, donde se levantaba el templo de Júpiter Olímpico. En la primavera del
año olímpico tres heraldos con guirnaldas de olivo partían hasta los confines
del mundo helénico e invitaban al festival. Los atletas victoriosos marchaban a
sus casas con el más alto honor que podía aspirar un griego: la corona olímpica
de olivo silvestre, cortada por un niño con una hoz de oro en un árbol del
bosque próximo al templo de Zeus.
- Los «JUEGOS ÍSTMICOS» se celebraban en la ciudad de Corinto. A seis kms. de la ciudad, en el Istmo, existía un templo a Poseidón, rey del mar, y un célebre estadio donde se celebraban los «Juegos Ístmicos Panhelénicos», cada dos años. Los juegos al principio tenían un carácter local, organizados por los tiranos de Corinto, pero con el tiempo llegaron a ser «panhelénicos». La ciudad fue destruida el 146 a.C., y reconstruida en el 44 a.C. Los juegos volvieron a celebrarse en el espacio sacro del Istmo totalmente renovado. Los juegos comprendían pruebas como la carrera, el salto, hípica, carreras de carros etc. Durante su celebración se respetaba la «tregua sagrada». La prueba de velocidad se corría en el estadio en una pista de 181 metros, superando al estadio de Delfos (178 m.), siendo inferior al de Atenas (184 m) y al de Olimpia (192 m.).
Corinto y Delfos
En nuestro viaje iremos a Corinto, lugar donde se
celebraban los Juegos Istmicos, y a Delfos, donde tenían lugar los Juegos
Píticos. No hay constancia de que Pablo estuviera en Delfos, pero sí que estuvo en Corinto, conocía bien la ciudad, como se desprende de las Cartas que le envía a aquella comunidad (Primera y segunda Carta a los Corintios). Del texto de san Pablo que hemos citado más arriba, se desprende que sus oyentes conocían bien y entendían este lenguaje deportivo.
En este último lugar, DELFOS, además de subir (porque hay que «subir») al Estadio, muy bien conservado, contemplaremos en el museo el AURIGA DE DELFOS, una de las obras de arte de la antigüedad que hay que contemplar.
En este último lugar, DELFOS, además de subir (porque hay que «subir») al Estadio, muy bien conservado, contemplaremos en el museo el AURIGA DE DELFOS, una de las obras de arte de la antigüedad que hay que contemplar.
Auriga de Delfos. Foto tomada el el museo del lugar |
CURIOSIDADES: Maratón
No podemos cerrar este breve artículo sobre los
deportes en Grecia sin hacer referencia al nombre que ha llegado hasta
nosotros, de MARATÓN.
Sabemos por la historia
que en la primera guerra de los Persas contra los Griegos (Primera Guerra
Médica, 492-490 a. C.), el rey persa Darío inicia una campaña contra las
ciudades de Grecia. Atenas y Esparta le resisten. El 29 de septiembre de 490,
10.000 soldados de Atenas («hoplitas»), mandados por MILCÍADES, derrotan a
Darío en Maratón. Uno de los soldados, cuyo nombre ha pasado a la memoria de la
humanidad, FIDÍPIDES, hace de correo; llega a Atenas y anuncia: «hemos
vencido». A continuación, cae muerto. La distancia que había recorrido era de
42 kilómetros, la que hoy se mantiene en las carreras de la Maratón.
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