(Guardado en la página Año Litúrgico: Cuaresma 2014)
Las dulces tentaciones que nos rodean. Las tentaciones son dulces, apetitosas, sabrosas; por eso son atractivas. Todas llevan en sí la marca del «deseo» y del «placer». El «deseo» es muy humano; de lo contrario no avanzaríamos, no nos moveríamos de casa, no arriesgaríamos. El «placer» también es muy humano. Nos gusta «descansar con placidez», nos gusta «alimentarnos con satisfacción», nos gusta «que nos reconozcan» socialmente. No podemos decir, por tanto, que las tentaciones sean perversas.
El punto débil de las
tentaciones está en lo que esconden. Tras la tentación suele haber una trampa
que, si no controlamos, caemos en ella y nos puede esclavizar, someter o
incluso destruir. Tras la tentación del descanso placentero está la
inactividad, el inmovilismo; tras la tentación de la satisfacción de las
necesidades vitales está el acaparar sin límites; tras la tentación del
aplauso, está la soberbia.
¿Cómo ser discípulo hoy? Las tentaciones de Jesús se repiten hoy en
nosotros, sus discípulos. ¿Por qué no hacer de nuestras comunidades lugares de
riqueza para repartirá los más pobres? ¿por qué no hacer de nuestras parroquias
y asociaciones centros de poder político y desde allí tomar decisiones? ¿por
qué no poner la fe al servicio de los espectáculos maravillosos para conseguir
nuevos adeptos que se queden subyugados? El camino que nos lleva a la Pascua
comienza por ponernos cara a cara con nosotros mismos y con el evangelio;
descubrir nuestras tentaciones y nuestra condición de discípulos del
crucificado.
Pedro Ignacio Fraile Yécora
La palabra de Dios nos ilumina
Texto a
leer: SAN MATEO 4, 1
11
Jesús tuvo tentaciones en el comienzo de su misión. ¿Tenía que dar respuesta a todas las necesidades humanas? ¿No sería mejor demostrar su poder con milagros que no dejaran lugar a dudas acerca de su persona y de su misión? ¿No es mejor alcanzar el poder y desde arriba conseguir sus objetivos legítimos? El camino de Jesús no le lleva al trono de Herodes o al Pretorio desde donde gobierna Pilato, sino al Gólgota. La muerte de Jesús se ilumina con su vida. El misterio de quién es Jesús se comienza a comprender cuando se ve cómo tuvo que hacer frente a las tentaciones que le cercaron.
Todos
tenemos tentaciones. No nos vamos a fijar ahora en las más habituales, diarias
u ordinarias. Vamos a ponernos delante del evangelio y ver cuáles son las
tentaciones por las que pasa Jesús y que se repiten en nuestra vida. Leemos
despacio el texto.
1)
La primera tentación lleva trampa. Si Jesús dice que no quiere
transformar las piedras en panes, parece que no le preocupa el hambre y las
necesidades de la gente. Él habla del «hambre de la palabra de Dios». ¿La
misión de Jesús es solucionar problemas cotidianos o devolverle al hombre su
verdadera condición, dignidad, sentido, vocación, que realmente le satisfarán?
2)
¿Podemos hacer de la fe un espectáculo? ¿Podemos reducir la fe en
Jesús a buscar protección divina en «pulseras milagrosas», «cruces
protectoras», «llamadores de ángeles»? ¿podemos buscar nuevos adeptos
confundiendo lo esencial con lo secundario o incluso terciario, como milagros o
apariciones que no tienen nada que ver con el evangelio?
3)
La tercera tentación es muy sutil. ‘Si alcanzamos el poder…
haremos leyes justas’. ¿Por qué Jesús no quiso llegar a ser el rey, o el
emperador, o el líder político de un grupo? ¿Podemos corregir a Jesús, el
maestro?
4)
¿Cómo vivimos nosotros estas tentaciones en nuestra sociedad, en
nuestros ambientes, en nuestros grupos y parroquias? ¿Nos damos cuenta de las
trampas que llevan dentro?
«PAN,
FUERZA Y CIRCO»
Los romanos estaban satisfechos
con tener «pan y circo».
el diablo les corrige
y añade el placer del dominar.
Jesús ha recibido del Padre
el encargo de hacer presente el Reino.
¿multiplicando riquezas?
¿reforzando sistemas de control?
¿haciendo del hombre una marioneta?
Jesús nos recuerda que cada uno de nosotros,
sólo nos podemos saciar con Dios;
sólo vencemos con la fuerza del servicio,
sólo adoramos al Señor y Creador.
Pedro
Ignacio Fraile Yécora
Pedro Fraile
8 de Marzo de 2014
http://pedrofraile.blogspot.com.es/
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