Nuestra
sociedad necesita personas sensibles, con finura de espíritu, luminosas, y por
qué no decirlo, «creyentes». Las tres primeras cualidades son propias de los
artistas; la última lo es de aquellos que se abren al misterio de Dios y lo
acogen.
Carmen
era artista, componía y tocaba la cítara, pero sobre todo era «creyente».
Recuerdo una anécdota con ella. En torno al año 92 o 93, si no recuerdo mal, le
invitaron a que diera un concierto de cítara en la Parroquia de San Francisco
de Tarazona. Al día siguiente ella volvía a su «Casa de Oración» cerca de
Zaragoza. Como yo tenía que ir, me pidieron que la llevara a ella y a su
cítara. Esa noche cayó una notable nevada, y ni cortos ni perezosos los dos
emprendimos el camino. Entonces no me dijo nada, pero unos años más tarde, con
esa sonrisa que ella tenía siempre en la boca me recordó: «¿te acuerdas de la
nevada y el miedo que pasamos?
Mis
últimos recuerdos personales de ella son en la Pascua del año 2008. La
celebramos un grupito en la «Casa de Oración». Todo muy cuidado, muy preparado.
Profundo, con largos tiempos para la oración y la contemplación. Con tiempo,
con mucho tiempo. Ella ensayaba con su cítara los cantos antes de comenzar las
celebraciones. Espacio para cada uno de nosotros y para nuestro encuentro con
Dios en la Pascua de su hijo Jesús.
No
hace mucho estuve a punto de escribirle para preguntarle si las letras de unos
poemas que cantaba en sus discos eran suyas. Yo estaba preparando mi libro
«Entrañas de misericordia. Jesús, ternura de Dios», y cuando llegué a la
«mirada de Dios» recordé lo que ella nos ensayaba en las preparaciones de los
momentos de oración.
Una
canción que repetíamos decía: «El mirar de Dios es amor, el mirar de Dios es
amor». Otra decía en su verso «ayúdame a ver las cosas como tú las ves».
Preparando estas notas he visto que la letra no es suya, pero sí la música. No
importa, porque la belleza y la profundidad es la misma.
Ayúdame a mirar con amor
Texto: M. Iceta / Música:
C.Cañada
Ayúdame a mirar con amor
a descubrirte en el silencio.
Ayúdame a mirar con amor,
a ver las cosas como Tú las ves. (bis)
Ella
publicó discos con textos bíblicos, otros tomados de los santos carmelitas o de
los poetas, y los musicalizaba. En otros la letra y la música eran suyas.
Purifica mis deseos
Texto y música: C.Cañada
Purifica mis deseos,
silencia mi corazón.
Cura todas mis heridas,
enciende en tu Amor mi amor.
Purifícanos, siléncianos,
Cúranos, cúranos, enciéndenos.
Carmen ayudó a que muchos
cristianos de Zaragoza y sus alrededores, religiosas de la Compañía de Santa
Teresa, sacerdotes, laicos etc. se iniciaran en el mundo de la oración. En su
proyecto mimado la «Casa de oración», en el barrio de Garrapinillos, cerca de
Zaragoza, miles de personas hemos rezado y hemos aprendido a rezar. Carmen fue,
como se dice en una expresión «cursi», una «adelantada a su tiempo», pues
entendió que el futuro era de los orantes.
Ayer, lunes, 30 de Mayo, en una carretera de la provincia de Zaragoza, moría en un accidente
de tráfico en el que viajaba con otras religiosas. Murieron dos Teresianas y
otra compañera quedó muy grave. Hoy todos los cristianos de a pie y de bien, de
las tierras aragonesas y aledaños, estamos de luto. Un luto esperanzado, pues
Carmen era creyente de cuerpo entero, y sabemos que estará tocando su cítara,
con los ángeles, en la presencia de Dios. Descanse en paz.