27 junio, 2013

JESUS, LA CRISIS DE AUTORIDAD Y SAN CIRILO DE ALEJANDRÍA


               El evangelio de hoy acaba con una voz en ‘off’ que dice: ‘la gente estaba admirada de las palabras de Jesús, porque  enseñaba con autoridad, y no como los escribas’. Siempre me ha llamado la atención este final del evangelio, que se puede leer de forma independiente del texto que le precede, y que da juego por sí mismo. Por otra parte, es un texto vivo, de una actualidad sorprendente. Hagamos un repaso rápido: ¿qué autoridad nos merecen hoy muchos políticos (digo ‘muchos’ para evitar el ‘todos’). ¿Qué autoridad merecen hoy los banqueros? ¿Y los jueces? ¿Y los curas? Citamos las personas relevantes en la sociedad, sin decir nada de otros estamentos totalmente marginales, en quien muchos descabezados confían: curanderos, arribistas, brujos, visionarios, trepas y ladrones de cuello blanco.

               Uno de los problemas de nuestra sociedad, dicen los sesudos analistas, es que se ha quitado autoridad a los que de verdad deben tenerla: padres, maestros, médicos, educadores, catequistas (esto último lo digo yo). Es tremendo y preocupante cuando, en uno de esos programas de televisión que tocan la obscenidad con su mano, vemos a adolescentes que se rebelan con insultos e incluso agresiones contra sus padres. Es tremendo, injusto y preocupante cuando un padre o madre se atreven a insultar, o incluso agredir, a los maestros y profesores de sus hijos. Lo mismo: es tremendo, injusto, preocupante y suicida cuando un descabezado (o descabezada), se revuelven contra las enfermeras y médicos con amenazas de denuncia porque no le han tratado bien. Es de una obscenidad inigualable cuando la chusma se revuelve contra todas las monjas porque han aparecido casos (sin duda delitos) de una religiosa que en un momento de la dictadura española abusó autoritariamente contra madres solteras y les quitó el hijo (casos de los bebés robados): ‘fuera, todos son iguales, gritan’.

               Hagamos la pregunta: ¿quién tiene autoridad en esta jungla? ¿A quién escuchamos? ¿Quiénes son nuestras referencias? ¿Qué riesgo corremos cuando desvestimos de autoridad a quienes legítimamente las tienen que detentar y ejercer? Léase padres/madres; maestros/profesores/educadores; médicos/enfermeras; jueces; y también sacerdotes y religiosos/as?

               En medio de esta ceremonia de la confusión, de donde nadie sale bien parado, aparece con luminosidad una frase del evangelio: ‘la gente estaba admirada de sus palabras, porque  enseñaba con autoridad, y no como los escribas’. Jesús sí que tenía autoridad; Jesús sigue teniendo autoridad.

               Hoy es San Cirilo de Alejandría, Patriarca de Alejandría (Egipto) en los siglos de la naciente Iglesia. Los nuevos guionistas de la historia le echan en cara su carácter autoritario y agresivo (lo descalifican para quitarle su autoridad). Sin embargo, a él le debemos implorar a María como Madre de Dios (Theotokos), defendiendo con tenacidad esta confesión de la fe, frente al patriarca de Constantinopla (Nestorio). Se trataba de una cuestión no menor, que ahora no es el momento de abordar. Nos quedemos con esto: San Cirilo hizo valer su autoridad y hoy seguimos rezando el «Avemaría»: ‘Santa María, Madre de Dios, ruega por nosotros’.

               Recuperemos el sentido de la ‘autoridad’ en nuestra vida (no autoritarismo, ni autocracia, ni autismo). Jesús tenía autoridad, y los evangelios se felicitan por ello.

 

Pedro Ignacio Fraile Yécora

27 de Junio de 2013 – San Cirilo de Alejandría

 

 

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