Evangelio: Lucas 13,1-9
Señor, déjala... yo cavaré alrededor y la abonaré a ver si da fruto.
La paciencia de Dios es nuestra salvación. Las
personas somos por naturaleza impacientes. Queremos que los frutos sean
inmediatos.
La parábola muestra el contraste entre el dueño y el hortelano. El
hortelano sigue creyendo en la capacidad y en la bondad del árbol. Volverá a
trabajar, a regar, a abonar¸ y esperará. No cierra posibilidades sino que
cree en el futuro.
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