1. Un dicho castellano dice que ‘hay miradas que matan’. San
Lucas nos dice en el evangelio de hoy que ‘hay miradas que salvan’. El odioso y
odiado, hereje y herejizante, excluido y
expulsado, despreciado y humillado samaritano, es el que, nos dice san Lucas, ‘vio
al hombre medio muerto en el camino y se compadeció’. Los dos verbos van juntos
y tienen un valor salvífico: ver y compadecerse.
2. El verbo ‘ver’ aparece con frecuencia en san Lucas. Hay
que estar atentos a la escena donde aparece y con qué otros verbos va. Así, en
la escena de la viuda de Naín, dice que Jesús vio a la pobre mujer que había
perdido al hijo, y se compadeció (Lc 7,13). En la parábola llamada del ‘Hijo
pródigo’, el padre que espera a su hijo desagradecido
y destalentado, ‘cuando lo vio, salió corriendo a buscarle’ (Lc 15,20). En esta
parábola aparece tres veces el verbo ‘ver’. El sacerdote y el levita del Templo
de Jerusalén, ven al hombre malherido, pero pasan de largo (Lc 10,31.32).
3. San Lucas no cuenta la
vida de aquel samaritano: si estaba casado o era soltero; si era rico o
pobre; si iba por aquel camino en viaje de negocios o si iba a otros
menesteres. Sólo dice que aquel hombre era un ‘samaritano’ (por tanto aborrecible
para un judío piadoso), dice que vio al hombre en el camino con riesgo de morir
y dice que se compadeció, que su corazón se le salió del pecho y que sus manos
se pusieron a la faena de inmediato.
3+1. Rompamos ideología, tabúes, fronteras, límites,
diferencias. Veamos a la persona que está en el camino y … dejemos que la
compasión, verdadero sentimiento divino, nos ponga manos a la obra.
Pedro Ignacio Fraile Yécora
Domingo - 14 de Julio de 2013
Qué precioso, y cuánto sentimiento encierra este comentario. ¡¡Cuánto dice del que lo escribe!!.
ResponderEliminarLa imagen, real y preciosa.