09 enero, 2015

BAUTISMO, IDEOLOGÍA Y FANATISMO



            El próximo domingo celebramos la fiesta del «Bautismo del Señor». Jesús, adulto, inicia su misión, la que el Padre le ha encomendado: anunciar la Buena Noticia del Reino, que se concentra en una frase: «Dios solo puede amar, porque es amor».
            Estamos asistiendo a un gran foro internacional, más allá de los ámbitos familiares, gracias a los nuevos medios de comunicación de masas, revolucionados en los últimos años por las «redes sociales». La causa inmediata son los últimos acontecimientos violentos, la «matanza de París», donde la religión aparece de nuevo en el centro: «religión y creencias», «religión y fe», «religión y fanatismo», «religión y amor», «religión y violencia», «religión y libertad de expresión»…
            Los cristianos seguimos nuestro calendario litúrgico. Este próximo domingo leeremos el evangelio del bautismo de Jesús, recordaremos la figura de Juan Bautista como precursor del Mesías (¡Juan Bautista murió violentamente –decapitado- por denunciar el pecado del rey) y meditaremos sobre el bautismo de Jesús y el nuestro propio.
            ¿Solo esto? ¿Nada más que esto? ¿Tiene algo que ver lo que está pasando, la actualidad del mundo que nos afecta en esta «aldea global» en la que vivimos, con la fiesta del bautismo?
            Por el bautismo nos incorporamos gratuita y saludablemente a la salvación de Dios en Cristo; más en concreto, a su vida entregada, a su muerte con sentido, a su resurrección que culmina y alcanza la vida plena. Para los cristianos el bautismo es un «triunfo», es un «logro», es una «fiesta». Somos de Cristo y lo somos en la Iglesia, en ese misterio que es el «Cuerpo místico de Cristo». Bien entendido, el bautismo no tiene nada que ver ni con las ideologías ni mucho menos con el fanatismo. Compartimos y nos adherimos a la fe de la Iglesia, que siempre es sana y sanadora, libre y liberadora. La fe ensancha el corazón y la mente.
            ¿De dónde nacen los fanatismos que tanto daño hacen y que llevan incluso a que algunos maten en nombre de Dios? Los fanatismos no nacen de la fe, sino de la «ideología». Hay muchas «ideologías»; todas tienen que ver con la «exclusión»: no a los distintos ni a los que no piensan como yo. Tienen que ver con la «debilidad mental» que se proyecta en los demás: los otros son volubles, son influenciables, se dejan engañar con facilidad… Tienen que ver con la soberbia y la vanidad que humilla y desprecia: «yo tengo la razón, los demás están equivocados», parecen decir. O también: «yo sé lo que me hago»… Tienen que ver con la «violencia»: «el fin justifica los medios». Al final, el fanático violento impone sus criterios y sus leyes.
            ¿Qué tiene que ver el fanático, movido por las ideologías, con la fe en Dios? Nada. La fe es «confianza» en Dios que ama, anima y suscita vida. Es «entrega» a un Dios que quiere lo mejor para cada uno de nosotros. La fe es liberadora de «pesadas ideologías» que impiden respirar y andar erguido.
            ¿Qué tiene que ver el bautismo con la fe? Todo. El bautismo es la entrada por la puerta grande en la casa de los «hijos amados de Dios». El bautismo es nuevo nacimiento a la dignidad y a la libertad, que nadie nos «vende» ni nos «concede», sino que brota de nuestra condición de «criaturas» convocadas a la vida por el Creador y abrazada en la cruz salvadora por Jesús.
            Una propuesta a trabajar: vivamos el bautismo como alegría y responsabilidad, y evitemos todo lo que sea ideología que nos conduzca al fanatismo.

Pedro Ignacio Fraile Yécora
Fiesta del Bautismo del Señor (2015)
http://pedrofraile.blogspot.com.es/