NOS QUEDA LA PALABRA
Con unas horas de distancia morían este segundo
domingo de Pascua en Zaragoza Carmen Fernández Olivencia y Antero Hombría
Tortajada. Puede ser que algunos de los que los conocieran se pregunten qué
tienen que ver ambos para ser traídos conjuntamente a este blog. Mucho y nada.
Muy poco y a la vez lo suficiente para escribir brevemente de ellos en el mismo
‘post’.
Antero Hombría era el Deán del Cabildo de
Zaragoza; profesor de Eclesiología; erudito, bien formado, buen teólogo. Es
verdad que se prodigaba muy poco en apariciones públicas.
Carmen Fernández era una laica que había entregado
toda su vida a la catequesis en el Arzobispado de Zaragoza, si bien se le
conocía más por los programas religiosos en la COPE que realizaba junto con el
sacerdote Ignacio Zamboray.
¿Qué tienen en común estos dos cristianos creyentes
del Pueblo de Dios? Aparte de compartir la fe en Jesús el Señor, los dos
formaban parte del «ministerio de la palabra».
Antero había sido durante muchos años el
comentarista dominical en las Ondas Populares de Zaragoza; recuerdo que, de
niño, en casa siempre se ponía la radio para escuchar la meditación de Don
Antero Hombría, reflexión eclesial e inteligente.
Carmen no faltaba nunca a su cita dominical
poniéndonos al día de la vida eclesiástica aragonesa, tomándole el pulso a la
vez que animando a la participación. La COPE fue su casa durante muchos años.
Yo, personalmente, coincidí con ella en un
proyecto común que duró unos cuantos años. Ella estaba con Ignacio Zamboray en
la COPE y yo presentaba un programa religioso en su hermana televisiva, la
«Popular Televisión» de Zaragoza.
¿Qué decir? Decir que nos queda el recuerdo, el
agradecimiento, y que nos quedan sus palabras. Ellos hablaban de Jesús y de su
Iglesia; del Evangelio… Ahora podrán hablar «cara a cara» con el Señor y
hacerle una entrevista sin fin sobre su amor y sobre el futuro de la humanidad.
¿Qué rogarles? Que le digan al Buen Dios que nos
conceda el don de la Palabra. Hablar a tiempo y a destiempo, pero siempre
diciendo palabras de vida, de paz, de misericordia, de evangelio.
¡Antero y Carmen, descansad en la Paz del Señor!
Pedro Ignacio Fraile Yécora