31 octubre, 2017

¡BENDITO SEA HALLOWEEN!... PORQUE NOS ESPABILA”

No. No me he ido de cabeza. Sé lo que digo, y además de argumentarlo lo defiendo. ¡Bendita sea la fiesta horrible de Halloween porque nos está “despabilando” a los adormilados, arrellanados en nuestra zona de comodidad, atontados por el sopor de una fe sedante y sedada, cansada, sin chispa, sin gracia.

No es la primera vez que sucede, ni será la última. Muchas veces las personas reaccionamos “cuando se nos comen el pan”, o “cuando nos tocan lo más sagrado”, o cuando “vemos que se nos está yendo de las manos”. Algo así pasa con la fiesta de Halloween que está desplazando, o al menos le lleva mucha ventaja en los últimos años, a la de “Todos los Santos”. La primera viene con la frescura de los niños que empujan; con el atractivo de la fiesta: una buena excusa para salir de casa y darle alegría al cuerpo. Tiene la fuerza arrolladora de lo nuevo (al menos en la cultura tradicional católica de España). Por el contrario, la fiesta de Todos los Santos es “arcaica”, “casposa”, “católica”, “tradicional”, “está superada”… pueden decir sus detractores. Pero nosotros, qué decimos o qué podemos decir. Por lo pronto podemos decir que Halloween es una fiesta que no tiene nada que ver con la fe cristiana, y que además cultiva una visión sobre el ser humano contraria al cristianismo. Argumentos, que siempre son necesarios.


  1. Belleza contra fealdad. La fiesta de Halloween exalta la fealdad, la corrupción, lo negro, la sangre… El ser humano es materia putrefacta. Por el contrario, la fe cristiana nos recuerda nuestra belleza inscrita en el corazón de todo ser humano: hemos sido creados por amor, a imagen y semejanza de Dios. Somos “bellos”, aunque el pecado se haga presente en nuestra vida; pero el pecado no anula ni destruye esta belleza.
  2. Esperanza contra desesperanza. La fiesta de Halloween es la fiesta de la muerte. Los muertos reviven, pero son muertos. El destino del hombre, dice, es la muerte y el olvido. La fe cristiana en su fiesta de Todos los Santos nos habla de Vida eterna, de Resurrección, de esperanza. No una esperanza como ilusión que nace de la carencia humana, sino una esperanza que nos ha ganado Cristo por su Resurrección.
  3. Providencia contra destino. La fiesta de Halloween habla de brujas, de fantasmas, de muertos que deben expiar culpas no perdonadas. Es la consecuencia de un destino cruel del que no te puedes separar. La fe cristiana habla de un Dios providente, que nos acompaña con amor; que nos da libertad, que sufre en nuestras decisiones equivocadas y que nos espera con ternura.
  4. Santidad contra demonización. La fiesta de Halloween va acompañada de diablos y demonios que nos recuerdan un futuro de ‘fuego’, de ‘condena’. La fiesta de Todos los Santos nos habla de Salvación, en Dios, por Jesucristo. Dios es el Santo, y nosotros estamos llamados a participar de esta santidad. No estamos llamados a la condenación.
  5. Alegría contra miedo. La fiesta de Halloween ensalza el miedo, el susto, la angustia, el desasosiego, el pavor y temblor. La fiesta de Todos los Santos ensalza la alegría cristiana que nace de la esperanza que tenemos en Cristo. Un cristiano triste es un triste cristiano.
Queridos amigos lectores, Halloween ha venido para quedarse; pero ha venido también, sin que lo sepa y sin que quiera, para ‘espabilarnos’ a los adormecidos y bien servidos cristianos, que parece que no sabemos ni en qué creemos ni en qué esperamos.
Feliz día…. ¡de Todos los santos!
Pedro Ignacio Fraile Yécora
31 de Octubre de 2017, Víspera de la Solemnidad de Todos los Santos