05 mayo, 2016

LECTIO DIVINA EN EL JUEVES DE LA ASCENSION 2016

En el antiguo calendario popular español, hoy es el «segundo jueves del año». La memoria histórica católica española reza que «tres jueves en el año deslumbran más que el sol: Jueves Santo, Corpus Christi y el día de la Ascensión». Como se puede ver, el dicho popular fuerza la rima, porque la Ascensión es siempre antes que el Corpus. Bueno, no importa. Lo que importa es el evangelio.

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: «Dentro de poco ya no me veréis, pero poco más tarde me volveréis a ver.» Comentaron entonces algunos discípulos: «¿Qué significa eso de "dentro de poco ya no me veréis, pero poco más tarde me volveréis a ver", y eso de "me voy con el Padre"?». Y se preguntaban: «¿Qué significa ese "poco"? No entendemos lo que dice». Comprendió Jesús que querían preguntarle y les dijo: «¿Estáis discutiendo de eso que os he dicho: "Dentro de poco ya no me veréis, pero poco más tarde me volveréis a ver"? Pues sí, os aseguro que lloraréis y os lamentaréis vosotros, mientras el mundo estará alegre; vosotros estaréis tristes, pero vuestra tristeza se convertirá en alegría.»
(Juan 16, 16‑20)




LECTIO. Juan se sirve de la redacción en espiral, propia de su forma de redactar y concebir el evangelio, para  recordar tanto la partida necesaria de Jesús, como el desconsuelo e inquietud que provoca en sus discípulos. Jesús tiene que dar de nuevo explicaciones: el mundo se alegrará, porque no le conoce;  pero anuncia a sus discípulos que pronto su tristeza se cambiará en alegría.

MEDITATIO. El conocimiento de Jesús por parte de los cristianos es progresivo y por contraste. El mundo no conoce a Jesús, incluso lo desprecia; por contraste, el cristiano conoce a Jesús de forma que su alegría crece y comprende. La presencia de Jesús no se limita a un ámbito geográfico y a un momento histórico. Hoy podemos conocer y seguir a Jesús. El conocimiento de Jesús no se limita a quienes compartieron vida, espacio y tiempo físico con él; el Espíritu Santo nos ilumina para que le conozcamos. El seguimiento tampoco es exclusivo de quienes compartieron sendas, caminos y horas de convivencia; también hoy podemos seguir a Jesús en el siglo XXI allí donde estemos.  

ORATIO. Que nunca seamos cristianos tristes, aburridos o desencantados. Que en medio de las dificultades te conozcamos y vivamos con sencillez y alegría. Que te conozcamos y te sigamos como han hecho mujeres y hombres de todos los tiempos, a lo latgo de la historia.

CONTEMPLATIO. Repasamos la vida de los grandes hombres y mujeres de la historia que han sabido ser discípulos de Jesús en su época, con sus dificultades a veces extremas. Cada uno tiene sus referencias, pero todas son del Espíritu Santo. Unos miramos el camino de Francisco de Asís, de Ignacio de Loyola, de Carlos de Foucauld. Otros siguen el camino de Teresa de Calcuta, de Juan de Dios; otros el de Teresa de Jesús y Juan de la Cruz. Todos fueron fieles a su tiempo y todos fueron fieles a la voz de Dios y a la iluminación del Espíritu Santo.