26 octubre, 2017

CONVERSACIONES CON JOSÉ LUIS ALDEA: HALLOWEEN NOS CAMBIA AL HOMBRE

Quiero, en primer lugar y ante todo, dejar claro que el ejercicio literario que sigue lo hago desde el cariño a José Luis y desde la fe en la Resurrección. No pretende ser una 'conversación ficticia' banal ni muchos menos ridícula u ofensiva. No quiero aumentar el dolor, sino darle sentido desde la fe en la Resurrección. En mi artículo sobre la muerte de José Luis Aldea, decía que era un conversador infatigable, agudo y provocador sobre temas de fe y de Iglesia, desde su condición de sacerdote católico. Ahora, que ya está en las manos de Dios, sigo imaginando una conversación con él; en este caso sobre eso que llaman Halloween, que ha desplazado de forma contundente ¿e irremediable? a las fiestas cristianas de “Todos los Santos” y de la oración por los “Difuntos”. La conversación (ficiticia) podría haber sido así.

Pedro. ¿Te das cuenta, José Luis, de cómo se nos han comido el pan sin que nos demos cuenta?

José Luis. ¿De qué hablas? Hay tantas cosas en las que nos ganan la partida.. ¿a qué te refieres?

Pedro. A esa fiesta de Halloween. No lo digo solo porque sea una importación extranjera, una fiesta sajona, que viene de Irlanda pasando y recreada en los Estados Unidos, que se ha metido en nuestras vidas sin permiso, sino por lo que supone en nuestra cultura.

José Luis. Ya. Esa es la condición española, nos falta criterio; a veces, solo porque venga de fuera, es suficiente. Parece que porque sea norteamericana, va a ser mejor, como si fuera una cultura superior. No aprendemos. Aparte de cierto complejo de inferioridad cultural.

Pedro. A mí lo que me molesta no es solo que sea un motivo comercial, para vender más, sino que hasta los ayuntamientos la fomenten. No se dan cuenta de que lo que promueven es una nueva forma de ver al ser humano. Nos cambian nuestra ‘antropología’

José Luis. Ja, ja (se ríe). ¿Y de eso te sorprendes? El ser humano está en manos de todos, de los comerciantes, de los políticos, de los filósofos; también de los curas. Todos hablan de él y todos pretenden saber qué es lo que quiere y qué es lo mejor para él. Eso sí, por lo general venden una ‘trivialización’ del ser humano, no se meten a fondo en su misterio.

Pedro. Ya, José Luis, su misterio. La ‘fiesta de Halloween’ es una fiesta de los ‘muertos vivientes’, de los ‘zombis’. Reducen el ser humano a carne, a carne que da miedo, a carne fea, sin futuro… Parece una fiesta de la fealdad, de la corrupción, ¿eso es el ser humano?

José Luis. El ser humano es misterio. Te lo digo porque lo sé, del verbo «saber», por experiencia. No interesa que nadie se pare a preguntar sobre la suerte de las personas, sobre su historia, sobre su belleza, sobre sus proyectos, sobre sus tragedias… La fiesta de Halloween reduce la condición humana mortal a figuras terribles feas que asustan. Ese… no es el hombre. Al menos el hombre ‘creado a imagen y semejanza de Dios’, que decís los teólogos.

Pedro. Ya. En teología hablábamos del hombre como sujeto libre, como protagonista de su destino, como forjador de futuro…  también como sujeto de contradicciones y de pecado… Los de Halloween o bien lo desconocen, o lo desprecian, o las dos cosas. O peor aún, lo quieren cambiar. Quieren que cambiemos la imagen del hombre ‘creado a imagen de Dios’, en quien ponemos nuestro único espejo en el que mirarnos, y nuestro futuro.

José Luis. Pedro, Pedro, tú siempre tan crédulo. ¿De verdad alguna vez has pensado que la sociedad se ha tomado en serio la condición del hombre,  su tragedia y su destino final en Dios? Eso se queda para unos pocos. Para la mayoría la condición humana es seguir esa secuencia: nacer-crecer-reproducirse y morir. E es el ciclo completo, y no hay más.

Pedro: Ya; es verdad. Pero yo no me resigno. Yo sigo creyendo en la grandeza de cada persona, de cada ser humano, en su presente y en su futuro. Yo sigo creyendo que no hay ‘necrópolis’, ciudades de los muertos, sino ‘cementerios’ (dormitorios) en espera de la Resurrección.

José Luis. Pedro, tú siempre has pecado de ser muy ‘confesional’ y muy ‘confesante’. Eso que dices está muy bien, pero ¿se lo cree la gente, nuestra gente?

Pedro. Es verdad. Para muchos la farándula que se crea en torno a Halloween es un antídoto para no pensar en la verdadera condición que a todos nos afecta. Es mejor hacer chanza y broma y no pensar.

José Luis. No sufras por eso, Pedro. Sufre por la gente que sufre y sufre por esta Iglesia nuestra que tiene un mensaje precioso de vida en Jesús Resucitado, y que no termina de ver el camino para exponerlo con fuerza y atractivo.

Pedro. Un abrazo y hasta la próxima conversación.

José Luis. Un abrazo para ti y los tuyos.


Solemnidad de Todos los Santos de 2017

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